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Las bautizaron con el nombre de ‘Icy-O y, aunque eran pesadas, incómodas de transportar y desperdiciaban mucho hielo, eran mucho mejores que los anteriores barriles de madera partidos en el medio, o las caja de madera con patas con un forro galvanizado de hierro. En las navidades del año 1925, y en forma de “motivación”, la compañía despidió a todos y cada uno de los comerciantes, porque, según comprendían, la marca se vendía sola y no eran precisos. Al mes siguiente, en enero de 1926, se les volvería a contratar, pero para ocupar el nuevo cargo de “Asistentes de Servicios”. En realidad era el mismo puesto, pero la compañía se los ‘vendía como una nueva ocasión, en un nuevo cargo, con nuevo sueldo y el doble de moral. La compañía no ofrecía enormes sueldos, pero siempre y en todo momento agasajaba oportunas bonificaciones.

Esta filosofía quedaba fabulosamente reflejada en la publicidad de la temporada, con imágenes de familias representando el ‘American way of life. Otto Dietrich, jefe de prensa nazi, declaraba en 1942 que “los americanos no habían dado otra cosa a la civilización más que el chicle y la Coca-Cola”. Y sucede que múltiples altos ejecutivos de la sucursal alemana fueron destacados miembros nazis. Frente a las prácticas y comentarios de las monstruosas ocupaciones nazis que llegaban a oídos de la compañía, ésta aplicó una política de ignorancia.

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Pemberton, con 54 años, creó el “French Wine Coca” en mayo de 1886, queriendo imitar el tónico de Mariani. Inventó la fórmula basándose en el Vino Mariani, pero reemplazando el vino por un extracto de cola y añadiendo cafeína, para hacerla una bebida sin contenido alcohólico. Todo comenzó en la localidad de Atlanta, Georgia, el 8 de mayo de 1886, en el momento en que el farmacéutico John Stith Pemberton desarrolló la fórmula de un medicamento para reducir el dolor de cabeza y los nervios.

Con ello, Haddon Sundblom (el creador del Santa Claus de Coca-Cola) realizó la imagen promocional de Sprite Boy. Tampoco deben obviarse los distintos usos que tuvieron las botellas de Coca-Cola durante la II Guerra Mundial. Asimismo se emplearon para intentar reventar los neumáticos de los aviones japoneses cuando estos aterrizaban o despegaban… El refresco asimismo se usó para lavarse los dientes, las cajas de botellas como buzones de correo o banquetas, etcétera. Un hecho interesante fue el que logró la planta de embotellado que se instaló en Islandia, en 1942, registrando el mayor consumo per cápita de la historia, superando al de algún otro país o nación de todo el mundo, incluido EEUU. Asimismo, la compañía contaba con un Departamento de Protección de la Marca (conocida como la “policía de la Coca-Cola”), el cual se ocupaba de investigar y analizar el buen uso del producto.

A mediados de los 50, la revista Ebony, una de las preferidas en la comunidad negra, mostró los primeros anuncios de Coca-Cola con protagonistas negros extraños para el gran público. A Mary Alexander la escogió la compañía cuando, en pos de modelos, visitó el instituto Clark, de Atlanta, en 1955. Alexander llegó a mostrarse en mucho más de diez anuncios de periódicos, gacetas y pósters, junto a otros modelos de raza negra. La idea del Sprite Boy fue desarrollada por Archie Lee, de DArcy Advertising Company. Tras bastantes intentos por crear un personaje que ayudara a detallar el nombre de ‘Coke, un directivo de arte de DArcy llegó con la idea del duende.

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Hasta 1889, el producto era servido por las farmacias y bares en vaso, mediante dispensadores de soda. En 1888 ya se había intentado embotellarla, pero el líquido no se sostenía estable y se descomponía por la acción de la luz. Abra su fichero de imagen en tamaño completo a través de un programa de procesamiento de imágenes.

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De hecho, Coca-Cola proveyó litros de su refresco a los alemanes durante la expansión nazi. O sea, que hasta el momento en que los EEUU no entraron en la guerra, en 1942, Coca-Cola no se posicionó firmemente con ningún bando. No sólo el suministro a militares fue clave para la expansión de la marca en el mundo entero. Una cantidad enorme de personas repartidas por el globo lograron evaluar por vez primera, ‘merced a la guerra, el gusto de una Coca-Cola. Los 248 soldados de Coca-Cola resultaron imprescindibles en dicha expansión, puesto que contribuyeron al enorme apogeo del producto a lo largo del mercado de post-guerra.

Historia De Las Fabricantes

La compañía Glascock ganó ese concurso y, cinco años más tarde, en 1934, aparece la “Red Cooler for Coca-Cola”, el primer dispensador automático de botellas de la historia. Esta máquina se había anunciado el año previo en la Feria Mundial de Chicago, impresionando a todos y cada uno de los asistentes. Woodruff estableció el término de “Bebida de calidad”, destacando la utilización de personal altamente cualificado y formado para prestar una venta y servicio correcta del producto. Ernest Woodruff decidió dejar al cargo de la compañía a su hijo, Robert Windship Woodruff, un ejecutivo de 33 años, antiguo vendedor de camiones y, hasta el día de hoy, vicepresidente y director general de la White Motor Company. Esto sucedía en el año 1923, y Robert permanecería en el cargo a lo largo de mucho más de 60 años, erigiéndose como el más destacable líder de entre las compañías mucho más esenciales de la historia.

Compra nuestros últimos descubrimientos en diseño vintage y contemporáneo que vienen de todo el mundo. Fue construída en 1886 por John Pemberton en la farmacia Jacobs de Atlanta, Georgia. En Barbados existe la leyenda de que Coca-Cola puede transformar el cobre en oro. Las mujeres rusas la empleaban para batallar las arrugas y cambiarla por medias en el mercado negro. Aun diríase que una anciana de Haití volvió a la vida una vez que su sobrino le diera a tomar Coca-Cola al morir.

Este proyecto fue toda una revolución, puesto que desde 1886 los camareros habían efectuado la mezcla de forma manual. En 1947, serían renovados con el elegante diseño concebido por el popular diseñador industrial Raymond Loewy. Actualmente, estos dispensadores son comunes en sitios de comidas, bares, cines, etc.